La victoria de Syriza a las elecciones del país heleno abre un nuevo escenario a la política europea que amenaza de agrietar el dogmatismo proausteritat liderato por la cancillera alemana Angela Merkel. Syriza supone un polos a estos postul·lats y se abren riesgos al horizonte. Hoy por hoy, los escenarios posibles estos: o cede Syriza al dictado de la ‘troica’, o es esta quien cede y da oxígeno al país heleno para salir adelante políticas de inversión pública y prestamos. La alternativa a todo ello es la rotura: una salida de Grecia del euro y quizás de la UE de consecuencias difícilmente ponderables.
Quién se la juega en Grecia?
La perspectiva de un enrocament de Syriza en su determinación de poner por adelantado el estado del bienestar al pago de la deuda, supone un grave riesgo para sus principales acreedores, que, gracias a los primeros rescates de la economía griega, el 2010 y el 2012, ya no son los bancos privados europeos, sino los propios estados: es decir, los contribuyentes.
El 80% de los más de 300.000 millones de euros de deuda que tiene Grecia están en manso de los países europeos –a través, en parte de los mecanismos de rescate de la Unión Europea– y del Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. De estos, los países más expuestos al riesgo griego son, por este orden, Alemania, Francia, Italia y España, según un informe reciente de la escuela de negocios francesa IESEG. En concreto, el país teutó tiene una exposición de 72.720 millones de euros con Grecia, mientras que Francia tiene 55.209 millones en deuda griega, Italia, 48.380 millones y España, 32.744 millones de euros.
En comparación, países como España, con una deuda mucho más elevada en términos absolutos –a pesar de que inferior en comparación al PIB–, tienen una parte mucho más pequeña de su deuda en manso de instituciones oficiales extranjeras (estados u organismos oficiales). En concreto, en el estado español esta exposición se encuentra por debajo del 20%, mientras que la mayoría de la deuda se la reparten los bancos y otros inversores domésticos.
Han sido negativas las políticas de austeridad impuestas por la ‘troica’?
Hay datos para todos los gustos. Pero el malestar en Grecia que ha impulsado Syriza a ganar las elecciones tiene que ver con las consecuencias negativas de esta austeridad. Algunos indicadores son elocuentes: el paro entre los más jóvenes se ha disparado desde el 2008 de menos del 20% hasta el 60%, mientras que el paro de larga duración roza ya el 80% del total de personas sin trabajo. En este tiempo, los ingresos medianos por persona en Grecia han caído por debajo de los 10.000 euros, y el porcentaje de personas en riesgo de pobreza se ha disparado, y ya es cerca del 40%, cuando era del 25% el 2010. Además, el PIB ha sufrido una bajada de más del 20% desde el inicio de la crisis, mucho por encima de la caída mediana europea.
Los defensores de la austeridad, pero, afirman que la economía griega ha ganado competitividad en este tiempo (de hecho los costes laborales han caído más de un 10%), y que, todo y el destacado aumento de la deuda pública –que ha pasado del 130% del 2010 a un 176% del PIB–, Grecia ya tiene un superávit primario del 2,7%, es decir, es cerca de lograr el equilibrio presupuestario.
Puede evitar Grecia una salida del euro?
Grecia se encuentra abocada a renegociar el actual rescate, porque tiene 4.500 millones de vencimientos de deuda este mes de febrero, y los mercados todavía están cerrados. Alexis Tsipras ha retado las potencias europeas que se verían negativamente afectadas por una salida del país heleno del euro (más por el riesgo de contagio que por el impacto económico mismo). Pero de momento, Alemania se ha mostrado bastante inflexible en no ceder a las presiones griegas. Esto ya pasó el 2012, a las puertas de otras elecciones generales al país, pero finalmente Syriza no acabó gobernando y la sangre no llegó al río. Este golpe es diferente. Está claro que Tsipras acabará dirigiendo el ejecutivo heleno y el polos entre Grecia y los acreedores está asegurado. Qué ha cambiado desde aquel 2012? Probablemente, que el riesgo sistèmic de Grecia se considera ahora menos grave: a la cabeza y ala fino, las primas de riesgo de los países periféricos europeos se encuentran bajo control. Todo hace prever pues, que ahora se abre un escenario de concesiones. El BCE ya ha hecho una, este mismo lunes, abriendo la puerta a negociar aplazamientos y reestructuraciones de las madureces de la deuda. Está para ver qué nivel de enrocament en sus posiciones demostrará Syriza a partir de ahora.
Qué consecuencias tendría?
En un análisis reciente, el semanario ‘The Economist’ se imaginaba una Grecia fuera @e el euro y consideraba que podría tener un imapcte negativo del 1,8% al PIB del resto de países de la eurozona en 18 meses. Para Grecia, las consecuencias podrían ser muy peores. Volver al dracma, con paridad con el euro, supondría una devaluación automática de la nueva moneda del 50%, según el semanario. Esto podría disparar la actividad en el país, porque sería mucho más competitivo al exterior (sus productos serían mucho más baratos). Pero se generaría un caos por la introducción de la nueva moneda, se dispararía la inflación como resultado del incremento del coste de las importaciones –un 35%, según estimaciones del FMI del 2012–. Todo ello devolvería la economía a la recesión, según estimó el mismo FMI, con una caída del PIB del 8%.